La pérdida auditiva en adultos de mediana y avanzada edad está asociada con una menor actividad física, según un estudio inglés.

Los resultados del estudio muestran que en la fecha de referencia la actividad física no guardaba relación con la pérdida auditiva. Sin embargo, durante la investigación, la actividad física fue reduciéndose más rápidamente entre los que tenían pérdida auditiva que entre los que no tenían hipoacusia.

Los 11.292 participantes del estudio provenían del Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento, tenían más de 50 años en la fecha de referencia y se dividieron en ese momento en dos grupos: los que habían declarado tener pérdida auditiva alguna vez y los que no.

En el estudio, la autoevaluación de la audición se recabó en cada ronda (cada dos años). Se pedía a los participantes que valorasen su audición como: excelente, muy buena, buena, regular o deficiente. Si llevaban audífonos, la valoración se hacía según su audición con ellos puestos. En las rondas también se recabaron los datos autodeclarados de actividad física.

Otras conclusiones

El estudio también observó que las personas que declaraban tener una pérdida auditiva en cualquiera de las rondas tendían a ser mayores, hombres, con menor nivel educativo, de un quintil de rentas inferior, con episodios de problemas cardiovasculares u otras afecciones crónicas, con un IMC por encima de 25 (sobrepeso u obesidad), fumadores o exfumadores, con unos niveles de soledad y depresión mayores y con menos actividad física.

El estudio, titulado «How are hearing loss and physical activity related? Analysis from the English longitudinal study of ageing» (¿Qué relación tienen la pérdida auditiva y la actividad física? Un análisis del Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento), se publicó en la revista Preventive Medicine.